¿Cómo es posible que la práctica diaria de cinco ejercicios que no llevan más de veinte minutos como máximo pueda restaurar la salud, depurar el cuerpo, devolver la vitalidad perdida y desencadenar un proceso de rejuvenecimiento?
La respuesta a todas estas interrogantes está en el complejo, maravilloso e increíblemente infinito potencial del entramado energético del ser humano en el cual sus vórtices regulan, controlan y administran dicho potencial en relación a todo lo que normalmente llamamos salud, bienestar, enfermedad, juventud, etc.
Los principales vórtices del cuerpo se corresponden con las principales glándulas del sistema endocrino. En un cuerpo sano cada uno de estos vórtices gira a gran velocidad permitiendo que la energía vital (Chi, prana) fluya hacia arriba por el sistema endocrino manteniendo así un ritmo glandular activo que hace a todos los tejidos y órganos mantenerse llenos de energía, sin decaer jamás; esto es, jóvenes.
Si uno o más de estos vórtices empiezan a funcionar lentamente, el flujo de energía vital se inhibe o se bloquea y... bien, no es más que otra manera de llamar al envejecimiento y a la enfermedad con otro nombre.
La única diferencia entre la juventud y el vigor, y la vejez y la mala salud es, sencillamente, la velocidad a la que giran los vórtices. Normalice la velocidad de giro y el anciano se vuelve joven de nuevo.
Los Cinco Ritos son un tesoro que la sabiduría de oriente nos regala; una de las vías mediante la cual puede cualquier ser humano comenzar "la elaboración del elíxir interior" como lo llamaban los antiguos alquimistas taoístas.
Deseo compartir este inestimable "secreto" de salud, vitalidad, bienestar y rejuvenecimiento con todos aquellos que así lo deseen.
(Tomado de TaoIntegral)
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