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jueves, 17 de junio de 2010

TODA CURA ES LUZ Y PROVIENE DEL ESPÍRITU




El Espíritu es Luz, Inteligencia y Amor que estructura todas las formas energéticas en perfecta Armonía. En eso consiste la Salud, en estar en concordancia con esta Armonía que es completa en sí misma.
La enfermedad no es más que la desorganización del patrón específico de la energía. Viene a ser el CAOS del patrón energético que estaba destinado a ser armonioso, un COSMOS.
Esto es aplicable también a situaciones, como por ejemplo las relaciones entre los seres humanos, los estados financieros o laborales, y también a los lugares: casas, locales, terrenos, etc.
Es así ya que inclusive lo que nosotros llamamos materia no es más que energía, organizada en un cierto patrón que vibra más lento y por eso podemos verla y tocarla.
Todo en este Universo es la manifestación del Espíritu que lo creó, o mejor dicho, que continuamente lo está creando, manteniendo y transformando.
Por lo tanto, no es errado hablar de salud y enfermedad en cualquier cosa, no sólo personas sino situaciones y espacios o lugares. Salud y enfermedad son otras palabras para expresar Armonía y desarmonía.
Toda desarmonía o caos energético es producida por el humano, única criatura viviente en esta Tierra con el poder de Libre Albedrío. Ésto significa que puede decidir entre actuar en Armonía con el patrón Espiritual o no hacerlo y entonces crear caos.
Es así porque el Espíritu desea que el Hombre sea consciente de su Divinidad y de esa manera, se haga co-creador con Él para participar de su infinito regocijo y alegría.
El Hombre no puede hacerse consciente si no tiene la posibilidad de elegir primero. Esta posibilidad entraña un riesgo: el de elegir mal y crear desarmonía. Pero sólo así el Hombre puede crecer y comprender que toda desarmonía que él haya creado, puede transformarla nuevamente en Armonía, si se unifica con su Espíritu.
Es por ello que normalmente recurrimos a otros para curar nuestras dolencias, para solucionar nuestros problemas; nuestra mente se interpone, y no podemos ver la solución. Nuestro Espíritu quiere dárnosla a través de nuestra intuición, en nuestro corazón, pero no escuchamos: tenemos miedo.

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